Grafía rítmica 2
5.00€
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Escribir es, PRIMERAMENTE, formar SIGNOS GRÁFICOS. Estos signos, al ser más o menos complejos, exigen en su trazado una cierta habilidad manual, percibir la mayor o menor complejidad de ellos y un cierto dominio de gestos. Es necesario que las posibilidades de coordinar y frenar los movimientos estén suficientemente desarrollados para responder a las exigencias de precisión y rapidez. A su vez, la escritura es praxis y lenguaje y sólo es posible a partir de un cierto nivel de organización de la motricidad, de una fina coordinación de movimientos, de una posible actividad de éstos en todas las direcciones del Espacio. Los cuadernos de la colección Grafía Rítmica pretenden ser una herramienta para ayudar al niño a desarrollar estas habilidades y a conseguir una evolución y desarrollo óptimo de todas sus aptitudes y actitudes. Para realizar este trabajo, hemos contado con que la evolución de la escritura se debe enfocar bajo los siguientes aspectos:
- El estudio del desarrollo de los trazos gráficos.
- El estudio de la motricidad tomada desde el ángulo de las posiciones, la tonicidad y el movimiento.
Como consecuencia, se ha tenido en cuenta los siguientes planos:
- La postura y las actividades segmentarias.
- El movimiento gráfico en sus grandes componentes que son la inscripción y la progresión cursiva.
- El ritmo, que se refiere a las variaciones temporales finas que se producen en la velocidad del movimiento y que desemboca en las nociones de regularidad de los tiempos y de los gestos o, por el contrario, a las irregularidades, a las sacudidas y en los choques de la escritura (disgrafias). Este ritmo da impulso para iniciar el trazado y seguirlo, con lo caual se rebaja el esfuerzo muscular y sobre todo la atención.
- La presión del antebrazo, de la mano y del lápiz sobre el papel -función de apoyo y sostén- y de los dedos sobre el instrumento de la escritura-función de presión y de manipulación.